domingo, 27 de octubre de 2013

IGLESIA Y CONVENTO DE LAS CAPUCHINAS


Iglesia y Convento de las Capuchinas
Se localiza en la esquina de la 2ª Avenida Norte y 2ª Calle Oriente y en su interior se resguarda el recuerdo de sus hermosas instalaciones antiguas. Está abierto al público y es otro de los lugares preferidos de los fotógrafos, quienes han capturado en imágenes el amplio patio central y sus buganvilias.
Su historia se remonta a 1725 cuando se dieron los permisos para su construcción, luego de cinco años de espera.
Se constituye como una de las imborrables obras que realizara el renombrado constructor de La Antigua Guatemala , Diego de Porres, hijo del notable José de Porres, también sobresaliente en la arquitectura.
Gran parte de su estructura se conserva en muy buen estado y ha sido sede de diferentes actividades culturales desde que el Consejo para la Conservación de La Antigua Guatemala instalara sus propias oficinas en este lugar.
Convento único en su tipo
En la antigüedad quienes ingresaban a un convento debían entregar una dote, es decir, uno o un conjunto de bienes. Capuchinas se diferenció de los conventos de la época precisamente por esto y muchas razones más, pues permitía el ingreso a su congregación sin hacer necesaria la entrega de bien alguno. Esto no significó un crecimiento desmesurado porque su población no excedía las 28 aspirantes a monja.
Su techo protegió muchos bienes valiosos, los cuales fueron trasladados por las monjas en 1773 debido a los terremotos y el oficial traslado de la ciudad al Valle de la Ermita. Muchos de estos bienes se conservan en la nueva sede, ubicada en el templo de San Miguel de Capuchinas en la nueva capital de Guatemala.
Las tradicionales celdas que conforman un convento tenían una particularidad, eran pequeñas, pero contaban con su propio retrete y área de estudio, por eso estudiosos del Centro para la Conservación de La Antigua Guatemala han llegado a considerarlo el primer edificio de apartamentos del continente. Su distribución circular, ahora en ruinas, lo separa arquitectónicamente del resto, constituyéndose como el único con esta forma de arreglo.
Su iglesia consta de una sola nave y no posee alas en sus costados, pero poseía dos áreas para coros, uno en la planta baja a un lado del altar y, el otro, en la parte superior al final de la nave.
Otra de sus características interesantes, es que consta con una sola columna circular situada en el sótano, la cual sostiene todo el edificio. Esta no es la única particularidad bajo su suelo, pues sus criptas, al contrario de otras congregaciones, no eran exclusivas para el entierro de miembros de la orden.
VEN Y DISFRUTA
DE LAS RUINAS Y CULTURA
DE GUATEMALA 
La apariencia de la fachada del templo también se diferencia de los demás, comparándose únicamente con la Escuela de Cristo, porque ambos son los únicos templos de la Ciudad Colonial que en lugar de tener un acabado en estuco, lo tienen trabajado en piedra.
De origen italiano
La Orden de las Monjas Capuchinas fue fundada en Italia bajo el concepto de santificación por medio del trabajo y pobreza, entre una vida de penitencia y recogimiento. Al llegar a Guatemala inició la difusión de dicho espíritu religioso, mostrando una alegría especial en su diario vivir.
A pesar de que patronalmente el título del monasterio correspondía a Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, la iglesia anexa estuvo dedicada siempre al Arcángel San Miguel, a quien mostraron especial devoción.

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